Comprendo la necesidad de expresar las sensaciones que recorren mi alma. Mi cuerpo comprende el recorrido que el alma debe hacer para lograr expresarse. Mi mirada descubre cómo hacer para mostrar lo que los demás quieren que muestre.
Sigo sentada en la misma silla con dibujos excéntricos y ensortijados de hace diez años, y te informo de que no pienso moverme de ella. Es mi silla, mi compañera, la que me ha guarecido de la oscuridad de los desengaños a lo largo del tiempo. No me gustaría cambiar ni un ápice de su estructura, su diseño o su decoración. Desde su a veces incómodo asiento he visto pasar miles de oportunidades y millones de personas persiguiéndolas. Quizás la tranquilidad de mi asiento siempre me ha hecho darme cuenta de que esas oportunidades que ahora vuelan alegres en el agitado viento de mis recuerdos no eran para mí.
Sigo sentada en la misma silla esperando mi oportunidad. Sigo siendo inexpresiva. Mi mirada sólo muestra lo que los demás quieren que muestre.
Si la silla en la que ahora mismo estoy sentado tuviera que narrar todo lo que ha vivido mi desvencijado interior quedaría expuesto ante cualquiera que estuviese dispuesto a escucharla. La mayor parte de mis secretos, mis emociones y mis sentimientos han sido escritos mientras estaba sentado en esta silla. Ella me ha visto reir, suspirar, sufrir...
ResponderEliminarY todo sin inmutarse, siempre paciente, recordándome en silencio que, pase lo que pase, ella ha estado aquí conmigo, y aquí seguirá durante mucho tiempo.
Tu mirada muestra muchas cosas que tú no quieres que salgan a la luz, escúchate una canción que se llama "El misterioso ciclo de tu pestañeo" ¿A que no sabes de quién? Bingo, de Shinoflow.
Un placer leerte por aquí.